Escrito por Dra. Bárbara García el 28 de julio de 2019
La importante revista en salud The Lancet, expuso una revisión de trabajos, que analiza las características y seguridad de estos dispositivos para el manejo del ciclo menstrual.
https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2468-2667%2819%2930111-2
El 26% de la población mundial, menstrúa y pasan en promedio 65 días al año con la regla, pocos estudios cualitativos comparan los productos sanitarios relacionados con este proceso habitual del cuerpo.
Hechas de silicona médica, no alteran la flora de la vagina y mantienen sin humedad la vulva. Los tampones y toallas femeninas en el mercado presentan diversas calidades en sus materiales, con productos químicos que pueden generar irritaciones, alergias e infecciones (rayón, poliester, poliacrilato, etc).
Colectan mayor cantidad en comparación con los otros métodos, por lo que son ideales para mujeres con sangrado abundante.
Su contenido debe vaciarse cada 4 a 12 horas máximo. Presenta menos tasa de fugas de sangrado respecto de los otros métodos, el tiempo de aprendizaje hasta dominar la colocación de la copa es de dos ciclos.
Es importante que ginecólogos y pediatras conozcan las características y seguridad de estos dispositivos y formas adecuadas de colocación para guiar a las personas en su correcto uso.
La silicona médica tiene una vida media de uso de 5 años.
Ahorran el 75% del dinero invertido en productos para el manejo del ciclo menstrual.
Los desechos de los productos de higiene menstrual convencionales no son tratados ni reciclados. Su material plástico impide su rápida degradación pudiendo permanecer hasta 1.000 años.
En 1 año, las mujeres argentinas consumen 10.140 toneladas de pasta fluff en toallitas y tampones (3.380 millones de unidades) como residuo NO reciclable, producida a partir del desmonte de la selva misionera.
El uso generalizado de la copa menstrual ahorraría 132 mil toneladas de basura de estos residuos que se generan en 1 año en Argentina.