Escrito por DRA BARBARA GARCIA el 17 de julio de 2022
Imaginarnos escenarios del goce para salir de la monotonía y trabajar en nuestra potencia cerebral es clave para cultivar el erotismo. Tu cerebro puede ampliar su conciencia si te permitis salir de la rutina sexual. Les dejo el primer metarrelato de una serie que se gesta para posicionarnos en el placer, acompañado de una ilustración de la gran Flor Massa como recurso y para guardar en el archivo de memoria sexual.
Salí de la ducha con la toalla rozando mi piel mojada, estabas frente a la salamandra que recién prendías, No recuerdo si estabas desnudo, cómo saberlo si lo que más me encendió fue cómo me mirabas. Me acerqué, me tomaste con tus dos manos, firmes y enormes la cara. Sentí cómo me estremecías. Antes de poder decirte nada me besaste con una pasión desesperada, lengua, labios, todo se fusionándose. Lo próximo que sentí es cómo mis brazos se relajaban y la toalla cayó al piso.
Empezaste a besarme el cuello, me agarraste el pezón derecho con tu boca y tus dedos, no puedo explicar lo que en el resto de mi cuerpo sentía . Te vi arrodillado frente a mi, buscando esa toalla húmeda y no pude evitarlo, me tumbé con vos en el piso, te empecé besar los pies, las pantorrillas, tus tatuajes que dicen tanto, cuando llegué a tus muslos te miré. Tu cara de placer, esa boca entreabierta que me pidió que lo tocara.
Había visto un día cómo lo hacías y me excité tanto, te acaricié todo, milimetro por milimetro. me pediste que lo besara, que rozara con mi boca tus genitales, gritaste de placer. No pudiste contenerte y como si fuera un pétalo me tomaste de la cintura Me elevaste, en el aire te vi gozar esa coreografía, ese nuevo guión Me recostaste en el ancho respaldar de tu sillón y con la cara más sexy de este mundo me empezaste a recorrer el cuerpo con tu boca y tu lengua de fuego…